domingo, 11 de noviembre de 2012

Trampa para la arena

 Para que el flujo del aire no disminuya dentro de la cámara de arena, es necesario darle una salida. El problema es lograr que el aire salga sin que la arena lo haga con él. En los primeros prototipos había utilizado una malla de serigrafía que en realidad intercedía con el flujo de salida del aire, por lo que la arena no tenía mucho movimiento. La trampa que hice para solucionar el problema es una reinterpretación de una trampa para avispas (imagen superior) en la cual un embudo permite la entrada del insecto dentro de la botella pero le dificulta encontrar la salida. 


Pensé que multiplicando la cantidad de embudos de la trampa, disminuía la posibilidad de que la arena saliera junto con el aire, y que si colocaba los embudos verticalmente, la fuerza de gravedad terminaría siempre por atraer los granos de arena hacia abajo, es decir dentro de la caja. 


La primera parte de la trampa está constituida por un cuadro de estireno en cuyo interior hay cuatro embudos. La segunda parte de la trampa está constituida por un cuadro de estireno con un sólo embudo. La segunda parte está adherida a la parte superior de la primera. La tercera parte es una especie de cruz que permite que el aire salga por las cuatro esquinas de la segunda parte de la trampa y en cuyo centro deben rebotar los granos que hayan logrado pasar los embudos.

 (medidas y bocetos)

  El prototipo se ajusta a la caja de arena en la parte superior y queda ceñido por los cuatro lados para evitar la fuga de arena en la unión de ambas piezas. 

 Dado que es imposible darle a una salida al aire sin que se cuele la arena con él, la trampa en realidad no puede impedir que la arena se fugue, pero puede reducir la probabilidad de que lo haga. Pienso que el estireno es un material resistente aunque no estoy segura de que cúanto pueda durar una vez que la pieza esté en uso. He pensado que para una solución estética termine construyéndola en acrílico.



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